14.8.08

Crónica de un desembarco anunciado: después


Por supuesto era necesario poner a prueba las opiniones leídas y ver cómo avanzaba este gran extrajero en Buenos Aires.
Y pude ratificar lo que alguna vez dije. El estilo es muy norteamericano, los vasos (dígale "no" a dejar la tapa para tomarlo, no se mimetice! ), la atmósfera, y los sabores. Se esfuerzan por mantener conceptos tales como "tall" o "venti" pero inevitablemente la gente termina pidiendo uno "mediano", quizás algo confundida al observar que es necesario pasar por un par de etapas para llegar a la bebida final y que en el dorso lleva el nombre de su dueño.
En cuanto a la estética, se ve tal como los negocios que la empresa ha desperdigado alrededor del mundo, tal vez con algunos pequeños cambios gastronómicos.
Especialmente hogar de jóvenes que suelen relegar el café de todos los días y buscan algo original, un poquito globalizado y que tenga el toque de la experiencia nueva. Las largas filas a toda hora muestran que ante todo, el local resulta ser objetivo de las visitas y no sólo una pequeña parada al paso. Los porteños adolescentes y quienes transcurren la veintena, asisten para quedarse un rato y saborear el efecto Starbucks. Syrups, clima importado, distintas clases de azúcar y chocolate en polvo para servir, una lista interminable de bebidas en italiano pero con un fiel estilo americano, muffins de arádanos, banana y chocolate.
Sin duda, la empresa mexicana Alsea ha hecho un excelente negocio. Frente a la mirada incrédula de muchos de los que pasan por el lugar y no comprenden la inminente popularidad con algunos toques superficiales, la juventud orgullosa habla largo rato y suma un nuevo punto de encuentro a su lista.
Mientras tanto, debo decir que tuve el placer de conocer el café más dulce.


Agu Miglio.-

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